Madrid fue escenario ayer, Domingo, de la liberación de 30.000 libros, la mayor de la historia, repartidos por puntos estratégicos de la capital, como una fuente o un banco, con el objetivo de que la gente los disfrute y una vez leídos, los deposite de nuevo en la calle para otros, mediante un "bookcrossing". Cada uno de los ejemplares va cubierto con un plástico que lo protege de días lluviosos como el de ayer.