El ángel negro (John Connolly)
A veces, hechos sin aparente conexión, y que ocurren en lugares muy distantes, se vinculan de un modo misterioso y forman una red de la que es difícil escapar. En El ángel negro, el detective Charlie «Bird» Parker –protagonista ya de cinco novelas policiacas de John Connolly– se ve sumido en una de estas situaciones, un enrevesado caso en que la realidad y la fantasmagoría se funden de manera inextricable.
Éstas son las piezas del rompecabezas: una prostituta llamada Alice desaparece en un sórdido barrio neoyorquino; una colección de misteriosas cajas de plata de origen medieval, dispersas por el mundo, guarda en cada ejemplar un fragmento de un extraño mapa; una subasta de objetos arcanos suscita una gran expectación en Boston; en Francia y la República Checa se profanan varias iglesias...
El detective Charlie Parker debe enfrentarse, además, a un conflicto de lealtades. Por un lado, su amigo Louis, ex asesino a sueldo, necesita ayuda en la violenta búsqueda de su prima, la prostituta desaparecida en Nueva York; por otro lado, su mujer, Rachel, ya no resiste la tensión del peligro ni la continua amenaza que implica la convivencia con él. Y esta vez el peligro es mayor que nunca, porque Charlie se encara a seres dudosamente humanos, seres arraigados en un pasado remoto, la encarnación misma del mal: el ángel negro.
Inquietante novela en la que se mezcla el género negro con el de terror de manera convincente y creíble. Por lo visto, en la vida del detective Charlie Parker, lo paranormal está presente en su día a día y sobre todo en sus noches, y John Connolly lo refleja de una manera tranquila; sin gritos, ni sobresaltos ni efectos especiales. Es quizás por esto por lo que no nos desentona esta mezcla de géneros. La única pega que le pongo a la novela es el número excesivo de personajes que van apareciendo, con sus respectivos resúmenes bibliográficos que hace que en momentos se haga algo confusa la trama y que la ralentice.
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